Reseña || Cinder, de Marissa Meyer

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*Cómo llegó el libro a mis manos:

Desde que salió Sin Corazón de esta misma autora quise leerlo, pero no lo he encontrado en la biblioteca (habrá que esperar un poquito). Buscando información sobre ella descubrí que tenía la saga de Las Crónicas Lunares (Cinder, Scarlet, Cress, Fairest, Winter y Stars Above) que yo conocía de vista. Decidí calmar mis ganas de ella leyendo esta saga, de la cual sólo están editadas en español los tres primeros libros (¿se me oye llorar?). 




*Argumento:

La historia se ambienta 126 años después de la Cuarta Guerra Mundial. Cinder sufrió un accidente en un incendio, por lo que ella es ciborg y vive con su madrastra, Adri, y sus hermanastras, Pearl y Peony. Para ganarse la vida trabaja como mecánica, siendo la mejor de la Comunidad Oriental en la que vive. Junto a ella tiene a Iko, su ayudante y compañera de aventuras.

Una mañana se acerca el príncipe Kaito a su tienda porque su androide Nainsi estaba dando problemas y necesitaba una reparación urgente. Tras esto, en el mercado se desata una crisis de letumosis, una enfermedad pandémica que ha matado a millones de terrestres. Cinder huye con rapidez, viendo como sus conocidos eran reclutados para la cuarentena. Cuando su hermana Peony, la mejor amiga de Cinder también, se entera de que su hermanastra ha visto al príncipe, decide acompañarla durante sus tareas mecánicas para conocer todos los detalles. Poco después Peony manifiesta estar contagiada de letumosis, siendo reclutada para la cuarentena.

Este hecho desequilibra la casa. Adri y Pearl piensan que ha sido culpa de Cinder, por lo que la ofrecen al servicio palacial para que hagan pruebas científicas con ella, pues sólo es una carga. Allí Cinder conoce al doctor Erland, quien le hará saber que no sólo es inmune a la letumosis, sino que es lunar.

Mientras tanto, en el palacio fallece el emperador por la enfermedad que asola el planeta, por lo que el príncipe Kaito debe ser coronado. Para ello se llevará a cabo un baile al que podrá asistir toda la población. La malvada reina lunar, Levana, visitará la Tierra para llevar a cabo un acuerdo matrimonial con el príncipe; Kai sabe que no puede caer bajo sus hechizos lunares, pues debe proteger a su pueblo. En la recepción de Su Majestad Lunar, Levana ve a Cinder entre la población y esta última sabe que algo está ocurriendo.

Cinder termina de arreglar a Nainsi y descubre que el príncipe había llevado a cabo una investigación para encontrar a Selene, sobrina de la reina lunar y heredera del trono de Luna. Sin embargo, Levana ya conocía esta información, pues había controlado a Nainsi con un chip. Sus intenciones tras el matrimonio con Kai era matarlo, establecer una guerra contra la Tierra y ser emperatriz tanto de Luna como de la Tierra.
Peony muere debido a la letumosis, pero la reina Levana trajo consigo una dosis de antídoto (que no puede ser clonada por la ciencia de los terrestres) que sirvió para salvar a uno de los enfermos. Esto desata un ápice de esperanza entre los científicos y el príncipe Kaito.

Pese a que no puede acercarse a palacio para que la reina Levana no la mate (sabe que es lunar y que es una ciborg), debe ir a enseñarle al príncipe Kai lo que ha descubierto. Coincide con el baile, al que ella estaba invitada personalmente por el príncipe, con quien ha habido coqueteo; sin embargo, llegará hecha un desastre debido a la lluvia, su trabajo como mecánica y un accidente de coche. Allí habla con Kai, quien ya sabe todo lo que ella le contaba, y la reina Levana le contará la verdad sobre su invitada personal. El desprecio de Kai hacia Cinder se hará notable, llegando a un acuerdo con Levana de encerrarla a cambio de no llevar a cabo el contrato matrimonial; luego Levana podría llevársela a la luna y juzgarla con las leyes de Luna.

Mientras Cinder está encerrada, recibe la visita de el doctor Erland, quien le proporcionará unas prótesis que están armadas, así como una información muy importante: su ADN ha demostrado que ella es Selene, heredera del trono lunar. Debe huir y encontrarse con él en África, donde continuarán sus investigaciones. Haciendo uso de su poder como lunar, establece un hechizo y se decide a escapar siguiendo las indicaciones de el doctor Erland.


*Crítica:

Estoy escribiendo esto justo después de acabar el libro, quizá mi subjetividad y mi emoción tiña todo lo que pueda decir a partir de ahora.

Uno de los indicadores que tengo en mi "rádar de buenas lecturas" es encontrar frases o citas que me hagan reflexionar o que yo considere que son buenas (a veces incluso encuentro algunas que me hubiera gustado escribir a mí). Según iba leyendo Cinder me iba dando cuenta de que este no es un libro de grandes citas, y no porque esté dedicando a un público young adult, sino porque lo importante es el contexto, las acciones y no lo que se dice. Este libro ha sido una excepción en mi rádar de buenas lecturas y no sabéis cómo me alegro de que así sea.

La narración de este retelling es fluida, con capítulos cortos, con personajes bien definidos y una estructura bien hilada. Es una lectura muy ligera, a pesar de tener más de 400 páginas, y los giros del argumento te atrapan hasta no poder dejar de leer. También te atrapa de tal manera que te ves dentro del ambiente de Nueva Beijing, de la Comunidad Oriental y de los ciborgs y lunares.

No esperaba mucho de esta novela y me ha sorprendido. Se la recomendaría a mi yo de hace unos años, para haber seguido esta saga desde el principio, pero supongo que me toca ahora fangirlear libro a libro y contároslo a vosotros.

Si bien he leído que Cinder es un modelo de personaje feminista... me gustaría deciros que en mi opinión: no, pero que para públicos más juveniles puede ser un modelo bastante claro de entender. Punto en contra para la parte adult a la que va destinada, y punto a favor para la parte young.


*Citas destacadas:

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-Entonces, ¿no les gusta los espejos porque no quieren verse? -No podemos descartar la vanidad, pero en realidad se trata de una cuestión de control. Es más sencillo engañar a los demás para que crean que eres hermosa si eres capaz de convencerte a ti misma de que en realidad lo eres. Sin embargo, los espejos tiene la rara virtud de decirnos la verdad.
Cogió el pie viejo del estante, aquel chisme pequeño y oxidando con el que se había despertado después de la operación, cuando no era más que una niña de once años confusa y abandonada. Había jurado que no volvería a ponérselo jamás, pero en esos momentos para ella tenía tanto valor como si fuera de cristal. 

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