Reseña || El día que se perdió la cordura, de Javier Castillo

*Cómo ha llegado a mis manos:
Fue uno de los regalos que me hicieron por mi cumpleaños.

*Argumento:
Un hombre se pasea con una cabeza decapitada por el centro de la ciudad. Es arrestado; llevarán la investigación el doctor Jenkins y la agente del FBI Stella Hyden. Al comienzo, el decapitador no habla con nadie, hasta que Stella Hyden decide hacerle un interrogatorio. Ella se queda fascinada por la historia que el decapitador le cuenta, llegando hasta el punto de huir con él. Juntos llegan a Salt Lake donde todos y cada uno de los personajes que aparecen en la novela confluyen para descubrir la verdad: todo se remonta a 1996. 

En 1996 una familia (Steven, Kate y sus dos hijas, Amanda y Carla) decide pasar una temporada de vacaciones en Salt Lake. Al llegar, Amanda encuentra una nota con su nombre y un asterisco de nueve puntas que, curiosamente, también aparece pintado en uno de los muros del cobertizo. 
Amanda y su padre acuden a la licorería del pueblo para comprar vino como regalo para los vecinos. Allí, conocen a Jacob, de quien Amanda se enamorará hasta perder la cordura. Ambos deciden quedar para ir a la feria, pero esa misma tarde Amanda es perseguida por unas siluetas que amenazan con matarla. Jacob la protege, pero finalmente la atrapan y la hipnotizan, tras torturarla, conviertiéndola en Stella Hyden y separándola de toda su vida anterior. 

Mientras Amanda vive su nueva vida, Steven recibe unas llamadas de los "secuestradores", quienes le dice que a partir de ahora debe hacer todo lo que les pida: mayormente, asesinatos. A la cabeza de todo esto se encuentra Laura, la esposa supuestamente muerta del doctor Jenkins, quien tiene sueños premonitorios sobre gente que debe morir para que el mundo no se acabe.

*Crítica:
No comencé esta novela por voluntad: el libro llegó a mí sin yo buscarlo. El comienzo me pareció muy bueno, pese a que se iba complicando con el pasar de las hojas y yo no sabía cómo iba a salir el autor de tal laberinto. A mi parecer, esta novela debería haber tenido un desarrollo y final claro desde el momento en el que se comenzó a escribir, y me da la sensación de que no ha sido así del todo, pues al final ciertas cosas que son importantes para la trama se resuelven con tanta celeridad que casi ni te das cuenta.
La historia es compleja, con saltos temporales que te marean y llena de misterio, sí, al acabar cada capítulo -cortos y ágiles- ya necesitabas seguir leyendo, pues acaban como los capítulos de las series: dejándote en el mejor momento. Quizá por eso me he imaginado toda la trama como si fuera un show, una serie de televisión -y quizá sería un acierto-. 
Los personajes no están bien dibujados (salvo el personaje de Jacob, como protagonista), lo cual se puede ver en el personaje de Stella Hyden: ¿Qué agente del FBI se deja conducir por un decapitador hasta el punto de enamorarse de él? Vale que esto al final queda "justificado", pero es inverosímil al leerlo en el momento en el que sucede en la trama.
Por otro lado, la novela tiene un par de clichés que no me han gustado nada (¡muerte a los clichés literarios!): es muy repetitivo leer cómo dos personajes se conocen chocándose sin querer y tirando sus pertenencias al suelo, o ver cómo una adolescente se avergüenza de que el chico que le gusta la vea en pijama en su propia casa. No sé, ciertas cosas que según iba leyendo, iba deseando no haber leído.

En conclusión, la novela es correcta. Entretiene y crea intención de seguir leyendo por el alto contenido de misterio. Es la primera novela del autor y hay que tenerlo en cuenta. Creo que hay segunda y tercera parte de esta historia, para poder concluir el final de la primera, que ha quedado con demasiados cables sueltos, en mi opinión. Quizá esté pendiente cuando salgan y pendiente de otras publicaciones de Javier Castillo, pues su estilo narrativo me ha gustado mucho.

*Cita destacada: 

Se abrazaron durante un rato en silencio, sabiendo que las palabras no dichas significaban mucho más que las que se pudieran decir, y deseando que aquel momento durase para siempre.

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