Reseña || La joven de la perla, de Tracy Chevalier

*Cómo llegó a mis manos: 
Fue recomendación de Sara (click para ver su blog) en Tuuulibrería.

*Argumento:
En el siglo XII, Griet, una muchacha de 16 años, vive con su familia (sus padres y su hermana Agnes -su hermano Frans está estudiando fuera del hogar-) en el barrio pobre de Delft. Por un accidente, el padre de Griet queda ciego, así que la familia se obligada a poner a trabajar a Griet. Su primer trabajo será ser la criada en la casa del pintor Vermeer. Hará recados en el mercado, limpiará el estudio del pintor y los quehaceres de la casa.

Al poco tiempo de estar en su nuevo hogar, el barrio pobre se ve atacado por la peste y la hermana de Griet, Agnes, fallece. Al mismo tiempo comienza un romance con Pieter, hijo del carnicero al que acude a comprar la comida de la familia a la que sirve.

La relación entre el pintor y Griet se va estrechando conforme pasa el tiempo. Comienza a hacer en secreto tareas para él, incluso mudándose al estudio del pintor para poder triturar pigmentos durante la noche, pues no podría abandonar su jornada laboral diaria: todos sospecharían. La confianza llega hasta tal punto que Griet ocupa el lugar de la modelo de uno de los cuadros cuando ésta se pone enferma.

El ambicioso mecenas de Vermeer, Pieter van Ruijven, se fija en Griet y solicita al pintor un cuadro en el que salgan los dos juntos. Tanto Vermeer como Griet se muestran reacios a esta proposición, debido a los rumores que corren respecto a las otras chicas que posaron junto a éste en un cuadro. Finalmente, el pintor accede a pintar a Griet sola, pero portando los pendientes de perlas de su esposa. Ese cuadro luego se lo dará al mecenas para que pueda verla cada vez que quiera. 
Cuando la esposa del pintor descubre que Griet se ha puesto sus joyas, inmediatamente se enfurece y Griet huye de la casa sin haber podido apreciar su propio retrato.

Una década más tarde, Griet está casada con Pieter y tienen dos hijos. Un día será llamada a la casa del pintor. Vermeer ha fallecido y lo que ha querido que le perteneciera a Griet es el par de pendientes de perlas con las que fue retratada. Griet decide empeñarlos y pagar así la deuda que tuviera Pieter con Vermeer. "Nadie había tenido que pagar por la criada."


*Crítica:
La historia me atrapó desde el primer momento. Griet me inspiraba mucha pureza y los giros de la historia la mostraban inocente, humilde y capaz de calmar su lado concupiscible frente a los sentimientos que le despertaba el pintor. 
No es una historia con hechos que te roben el aliento, en general, la historia es plana, narra el día a día de una criada que hace tareas de no-tan-criada. Sin embargo, hay una belleza detrás de todo y no me refiero sólo a la gran cantidad de arte que inunda este libro.
La narración es muy directa y sencilla, te permite entrar en la atmosfera del hogar del pintor, ver sus cuadros, el polvo brillar por la luz, los colores triturados... cada detalle. Esa es la magia de esta novela.
Al acabar la novela todo lo que he sentido ha sido pena. Pena por Griet. Casada con un hombre con sangre animal bajo las uñas, eso que tanto ella detesta, eso a lo que ella se ha tenido que acostumbrar por sentirlo bajo las suyas. Enamorada de un hombre al que jamás pudo amar. Pena por Griet, que siente que su vida ha sido un pago entre personas siendo ella la moneda. 

Recomiendo mucho esta reseña, es muy completa y analiza aspectos en los que yo no me quiero sumergir. ¡Disfrutad!

*Citas destacadas:

Me obligué a levantar la vista hacia sus ojos. Una vez más, me sentí como si estuviera ardiendo, pero aguanté; así lo deseaba él.

Tras la puerta cerrada del estudio, sentados cada cual en su silla, nos mirábamos. Y él pintaba.Cuando por fin dejó el pincel y la paleta, no cambié de postura, aunque me dolían los ojos de tanto mirar de lado. No quería moverme.

Todo lo que hasta entonces había significado algo, dejó de ser importante, aunque seguía estando allí, como cuando te das un golpe y queda un bultito bajo la piel: te acuerdas cuando lo tocas… Mi hermana murió al final del verano.

Quería saber, pero mientras no supiera nada, era posible tener esperanza.  
Te pintaré como te vi la primera vez, Griet. Como tú misma. 

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